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Catherine
¿Adiós?
Puse otra capa de cinta másquin sobre la abertura de la café caja de cartón que estaba sobre mi blanca cama sólo por si las dudas. El viaje a Brighton era sinuoso y cualquier cosa podría pasar...
Jonathan por su parte sellaba otra caja llena de puros artículos personales míos; libros de años anteriores, peluches que me habían regalado en algún cumpleaños, corazones de papel hechas por mis amigas, 4 álbumes fotográficos de mi niñez, etc etc etc...
-Jamás había visto tantas cajas de cartón en toda mi vida!- dije metiendo unos peludos abrigos en otra caja que tenía el nombre de "Ropa de invierno" escrito en un costado con un plumón negro -Tus cajas ayer y ahora mis cajas! Es demasiado Jay! Ya me cansé!- dije resoplando y poniendo mis manos en las caderas.
Pero no era verdad, solo estaba cansada emocionalmente, todo esto me tenía muy agobiada porque no debía ser así, no debía preocuparme tanto.
Los planes salieron mal.............. Salieron mal al conocer a John.
Quien ahora solo envolvía con papel periódico sin ni siquiera mirarme, mis regalos de navidad. Celebración que apenas habíamos vivído hace 2 meses.
Mirarlo me trajo los recuerdos del fin de año; festejar el comienzo de un año nuevo con mi familia, amigos y Jonathan fue Estupendo! una de las mejores fiestas en mi vida!
-Hey! ¿El puente de mayo? -pregunté intentando romper el hielo y quebrantar su expresión neutra por una cálida sonrisa que casi todo el día, todos los días me brindaba.
-Sí, ya estaré desocupado...- respondió.
-Ah que bien- dije intentando parecer feliz y cambiar todo el entorno gélido
El destino me había tomado desprevenida de nuevo. Ahora me mudaba a Brighton y mi familia a Loreto y ahora Jonh, quien ya no queria evitar los problemas , íba a ir a Pilbort para arreglar los asuntos con su única familia; sus tíos paternos y sus primos.
Nunca pensé que el problema del cual Jonh siempre evitaba hablar y el cual yo siempre insistía en conocer, fuese a forzarlo a tomar un semestre sabático
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-¿Desde cuándo lo tenías planeado?- le pregunté algo enojada la noche en la que me enteré que él se mudaría de Grishville porqué aunque mi mamá pensara que había retrasado su descanso por mí, y ahora que yo me mudaba, él había decidido hacerlo.., era algo muy adulador pero sabía que no era por satisfacción suya ni por tristeza causada por mí.
-Desde que me fui de Pilbort y llegué aquí...- había respondido él.
-Pero...-
-Sabía con certeza que tendría que regresar- dijo tomándome la mano derecha que tenía sobre la oscura mesa del restaurante a donde me había llevado esa noche a cenar -estaba seguro que los problemas nunca acabarían entre nosotros...- dijo refiriéndose a sus tíos. Y al agregar lo siguiente, su voz cambió, se tornó más profunda - Quise huir de Pilbort pero siempre supe que debía regresar, aún así pensé quedarme en Nikxor por 2 semestres....... Pero cada vez se hizo más fuerte y problemática toda la situación….- dijo lentamente.
Una chispa recorrió mi cuerpo, algo me alarmaba.
-Y entonces tu mamá dijo que te irías, y yo supe que igual yo debía- terminó.
Pero que tonta había sido! ¿Como pude haber pasado por alto de nuevo los síntomas?
Hasta ese momento en la mesa del restaurante mexicano a la oscuridad de la noche y frío a causa de la ausencia del sol, me di cuenta que ese "algo" que no me quería decir Jonathan y que había disfrazado con proyectos escolares, era el mismo problema por el que pasó en el 2° mes que vivió aquí en Grishville y que al igual, causó el cambio de ánimo; la ausencia de felicidad completa: ...... sus tíos.
-Oh ya veo- dije sin sentimiento, no sabía si ponerme feliz o triste.
Jamás había sabido con exactitud los problemas entre sus tíos y él.
Lo único que me habia dicho John era qué ellos eran sus tutores(tras la muerte de sus padres a sus 10 años, ellos fueron los únicos familiares que tenía Jonathan) y aunque no fuesen tan malas personas, ellos simplemente no se caían bien.
Eso hacía suponer que debia ser algún problema de testamento o algo parecido, pero aunque intenté preguntarle muchas veces, él me suplicaba que no lo hiciera; me decía que no era importante, que todo estaba bien y que él estaría mucho mejor dentro de poco ya que cumpliría 21 el próximo año y los problemas se absolverían.
Sin embargo yo quería saber; quería ayudarlo aunque no fuese jueza o un fiscal.Pero él siguió evadiendo el tema; cambiándolo y no queriendo hablar de aquello, así que deje de insistir y ya no seguí preguntando.
¿Pero porqué tan obstinada?
Porque fuese con lo que estuviese lidiando. Hacía que John no fuese John; estaba más cansado, más agobiado, cabizbajo, salía de la habitación a cada llamada de sus tíos para no molestarnos (Scott, Mike y Ben) con sus discusiones cuando realmente nos preocupaba él.
-Pero más que nada Allie- dijo mirándome con sus verdes ojos -Tú igual interviniste en mi decisión de quedarme…...- dijo en ese día mientras cenabamos a oscuras con tan solo unas antorchas a los costados y con la frágil luz de la luna menguante para iluminar nuestra visión
-¿Qué?-pregunté viéndolo directamente a sus pupilas.
El rió y se recostó en su silla aún sosteniendo mi mano, su brazo era largo por su estatura.
-Sé que sabes lo que siento por ti. No importa que me hayas bateado miles de veces..- volvió a reír -siempre sentiré esto por ti..,……. Mi plan original fue quedarme un semestre, pero al conocerte pensé qué 2 no causarían mucho daño- me sonrió
Quité mi vista de él inmediatamente y miré a la señorita de alado que al igual que nosotros, tenía una cita en ese lugar tan espléndido; justo en el muelle del lago Bernard.
Al fin y al cabo, estaba feliz de que mi madre no estuviese tan equivocada…..
-Tengo que enfrentarlos y no hay una buena razón para seguir con el nuevo plan y quedarme hasta el próximo semestre…tú y Scott se van. Aunque Claaaro! Ben y Mike están enojadísimos a muerte conmigo, pero me verán en el próximo semestre, y en las vacaciones...- dijo entre risadotas.
-Entonces, en semana santa nos veremos- dije mirando la enorme luna que se admiraba desde allí.
Que bien! dentro de qué? 4 meses!
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John ahora tenia una mirada triste y ya no la escondía, su gris camisa combinaba con el color rosa de mi cuarto y con el café de las cajas de cartón.
-Catherine... tengo que decirte algo- dijo suavemente, su voz grave se había esfumado.
-Dímelo entonces- incité curiosa y feliz de que Jonathan confiase en mí.
Alzó su rostro y me miró con sus ojos penetrantes. Yo no pude sostener su mirada así que voltee a ver la pared a la que le faltaban unos cuadros que me habia regalado mi papá pero que ya estaban envueltos y empacados en alguna caja de cartón.
Me tomó la mano y se sentó en la cama, yo copié su acción.
-No creo que sea lo correcto, esto será demasiado para ti como lo es para mí pero es necesario decírtelo- dijo mientras veía una pulsera que tenía puesta y sonreía. Siempre le había gustado esa pulsera con 7 dijes y la vez que le dije que lo quería me preguntó: ¿Con cuántos corazones? Con todos tus 7, o sólo con uno?
-tú sabes que puedes decirme lo que quieras- le inspiré confianza, Jonathan no solía ser una persona muy seria a menos que se tratara de algo muy importante o estuviese muuuuy angustiado.
-Espero puedas entenderme y si no, solo quiesi...-
- lo haré Jon, te ayudaré, apoyaré, entenderé. Todo. Solo necesitas decírmelo- le interrumpí algo nerviosa.
-Te quiero Cathy........Las cosas no han sido del todo verdaderas, y lamento las veces en las que me ausentaba y te preocupaba- dijo suavemente.
Esto me empezaba a incomodar más de lo que había pensado alguna vez, temí que me dijese algo realmente malo. Temí haber sido engañada, algo socialmente imposible ya que nunca fuimos completamente "novios" y algo de lo que no podía quejarme porque yo había decidido ya hace 2 meses que como mejores amigos que éramos, así debíamos quedarnos.
-Yo en verdad...- ntentó decir pero fue interrumpido por la voz de alguien más proveniente de la puerta
-Hola chicos!- dijo Scott, quien entraba a la habitación con una gran sonrisa seguido por Mike, Ben y su padre Roberto.
-Hola!- dije alegre superficialmente con un poco de enojp en el interior por la interrupción.
-Apresúrate Catherine o no llegaremos al "Tiki-tok" y las reservaciones ya estan hechas- dijo Ben.
-Enseguida me cambio! Y ustedes......- dije mientras agarraba una caja y se las entregaba una por una a cada uno de ellos - lleven esto abajo.
-Hummm.....Sólo por la situación Cath- rieron.
-John- le dijo el señor Roberto con una amable sonrisa -¿Podrías acompañarme a buscar una medicina para la tía Tania?-
Le apreté la mano ante esa propuesta, no quería que me dejase con la duda. Pero Roberto lo miraba insistente y preocupado.
-Después- me susurró John mientras acariciaba mi cabello y se iba.
Y al cabo de unos segundos la habitación que estaba repleta de 5 hombres, estuvo vacía. . . . . . .
La cena estuvo demasiado rica pero tuvo una átmosfera triste y extraña.
Todos mis amigos de Grishville estuvieron allí, al igual; muchos amigos de mis padres y de Scott, llenamos la mitad del restaurant de puras risas, recuerdos, abrazos y bromas. Casi todo fue felicidad en la última cena que tuvimos juntos, pero claro, no me iba a morir! Estaba exagerando mucho ¿no?, sin embargo mudarse de ciudad era algo drástico, pero era algo que en mi "yo" interior de hace unos 9 meses quería.
Y fue en el coche de Jonathan aparcado enfrente de mi casa, cuando me di cuenta cual arrepentida estaba. Pero talvez solo eran hormonas y tristeza combinadas.
-Bien... sólo 15 horas para Brighton- dije estúpidamente. ¿No pude decir otra cosa peor?
Jonathan ahora me miraba con cara de locura.
-Wow Cathy, entonces por lo menos ya no me siento tan miserable- me dijo
-¿Porqué?- pregunte inquieta
-Es bueno saber que estas ansiaosa por irte. Y tienes razon, Brighton esta padre, tiene grandes plazas y tambien tiene...-
-Lo siento, no quise decir eso, osea, me refería a mitad y mitad. Estoy ansiosa pero igual nerviosa-
-Te irá bien, siempre sabes como hacer amigos rápido, eres extrovertida , divertida y que más necesitas?-
-hahaha gracias pero bueno, eso espero..........Entonces... te veré en .. 15 horas- repuse.
-Por supuesto- respondió.
Me abrazo fuertemente y después me dio un beso en la frente.
-Buenas noches John-me despedí
-Buenas noches querida- respondió con un tono divertido.
Me reí y salí del auto.
Pero algo dentro de mí me detuvo.
Estos gestos tan familiares y tradicionales, el típico "adiós", y el típico "hasta luego" desaparecerían en menos de un día.
La feliz rutina se rompería, la "única" rutina, ya que nunca había tenido una. Y aunque los hábitos no eran de mi gusto, si se trataba de salir todas las noches con Stephan, Carla, Marcela, o Jonathan y los chicos a algun sitio de Grishville y alrededores, entonces las cosas cambiaban.
No obstante, ya tenía que despedirme de los hábitos.
Por eso seguí con paso firme a mi casa.
1 comentarios:
bueno termine el tercero,por hoy me despido
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