Catherine
Glup!
— De pequeño Arthur lloraba a cántaros porque no lo dejaban meterse a la playa cuando llovía. Decía que no debía importar si de por sí se iba a mojar— compartió entre leves risas el tío de Arthur, Hilbert.
Alto, extremadamente pálido, cabello rubio oscuro y pequeños ojos azules.
Calmado, inmensamente amable y responsable; estas tres palabras era lo que describían sus facciones cuando alguien lo veía directamente y por primera vez.
El frío de su tacto no me sorprendió para nada al estrechar su mano, más bien fue su sonrisa tan gentil y cortés la que me agarró desprevenida.
William carcajeó suavemente y pasó el dedo índice por su ceño.
— Tío, ¿Realmente debes mencionar aquello en este momento? Esto es tan embarazoso — expuso apenado entre risas al instante en el que bajaba su mirada.
Nos encontrábamos en la sala del departamento. Cada pareja estaba sentada en un mueble individual a excepción de Lanthis y Andreus; él se encontraba apoyado sobre uno de los brazos del sillón beige donde permanecía su novia.
Una copa de vino rojo burbujeante adornaba la mano de todos, bebida que había sido abierta porque esta era una ocasión especial…
—Hahahahaha— se escucharon las risas en toda la habitación y un pequeño eco perduró.
El ambiente era familiar, acogedor, tan cómodo como no lo hubiera imaginado.
Me encantó.
Me sentí tan tonta al haber tenido temor, no podía ser más fácil…
—Creo que es mi responsabilidad como tío y cómo primera comida juntos. Aparte, Catherine disfruta de tus anécdotas —bromeó Hilbert pleno de felicidad. Su sonrisa formaban líneas que identifiqué en Arthur, no eran hoyuelos si no pliegues tan perfectamente colocados en cada mejlla.
El parecido era sorprendente a pesar de ser sólo su tío y aún removiendo las características vampíricas cómo el color de la piel y demás aspectos que todos ellos compartían….
—Oh, claro, continúe porfavor…—
Sonreí a Emrick quien se encontraba a mi lado y tenía su brazo recostado en la cabecilla del sofá.
Él rió un poco más antes de dar un suspiro, abrir sus ojos y decir:
—bueno..... igual de pequeño no podía dormir sin una vela encendida— admitió e incrementó la lista de historias acerca de su niñez.
Lanthis carcajeó enseguida y fue el comienzo de una gran plática sobre las costumbres y hábitos que Will poseía en aquél entonces, en una fecha tan lejana e inexistente para mí pero tan extrañada para todos ellos. Y aún que no haya nacido en esa época me sentí tan normal, identificada y atraída con todos sus relatos….Al final de todo hablaban sobre él, sobre esa persona que tanto quería y admiraba.
Reímos, rememoraron y hasta representaron ciertas situaciones. Lanthis comenzaba con “Recuerdas cuando….” Y de allí comenzaba el hilo de algo nuevo qué platicar.
Hilbert, su tío de sangre, igual lo vio crecer y él habló más acerca de su carácter y aptitudes, allí me di cuenta de cómo sabía tanto sobre deportes y arte; de pequeño tenía una estricta agenda qué cumplir y fue seguida por años para que se convirtiera en el hombre que su padre quería que fuese.
Después de un largo tiempo de estar en aquél lugar situado en el último piso del DBIAB, Lanthis alzó la voz para que pasáramos a cenar al comedor pero me acordé de un pequeño detalle que habían mencionado.
—¿Pero ustedes no comen verdad? — dije sorprendiendo a todos.
—Hmmm comida humana no— aclaró Andreus.
—No quiero que coman por mí y luego se intoxiquen, aparte desayuné mucho y….—
—Oh no Cath, si quieres nosotros no comeremos pero tú sí!— amenazó Lanthis tomando mi mano y llevándome hasta la mesa larga y rectangular.
6 platos se admiraban, sin nada en su interior pero listos para ser llenados.
—Ahorita retiro los demás pero tú si comerás— Amelie amenazó guiñandoy llamó a los demás para que me acompañaran a comer.
Ahora sí me adentraba en una situación algo incómoda.
5 ojos mirándome comer el plato hondo de entrada que me había servido Helena.
Nunca antes había tenido pena el comer sola cuando otros no lo hacían pero esto era completamente diferente y me intimidaba en cierto nivel.
Por suerte; después de unos minutos creo que Arthur notó lo que sentía y enseguida comenzó a sacar más plática para que retirasen sus ojos de mí y el silencio hueco que se oía se rompiece con la charla que surgió y el sonido de voces hermosas que se volvió a escuchar.
Todos parecían felices.
Mostraban emoción e interés al comentar algo de lo que se hablaba en ese momento, hacían ademanes y demás… Sin embargo la que más interesada estaba con todo esto era yo.
Apostaba a que mis ojos se encontraban abiertos, mis manos de vez en cuando lograban acordarse que tenían un tenedor y cuchillo en la mano y que cortaban la carne de mi plato que parecía nunca acabarse porque apenas la había probado por temor a perderme algo de lo que dijesen.
Escuchar todo aquello era cómo nacer de nuevo y admirarse con algo que fuese tan normal e insignificante para otros.........Tantas cosas ocultas fueron develadas en segundos y mi curiosidad se saciaba rápidamente.
— Segun todos. Hilbert y Helena llevan 9 años de casados— explicó Andreus acerca de como mantenían el secreto en la vista pública.
— Cuando llegamos a Brighton,Hilbert y Helena establecieron la casa en Inspiron como su hogar. Y como aún no tienen hijos, me aman mucho y apenas empiezo universidad... Yo vivo con ellos mientras Arthur "vive" en el departamento de DBIAB— dijo riendose Lanthis.
Me sorprendí.
Anteriormente tenía mis dudas de todo esto sin embargo no les di importancia.
Nunca llegué a preguntar en voz alta cómo vivian y qué relaciones tenían en realidad.
Había hecho mis propias conclusiones y no estaban tan alejados de la historia que ellos crearon.
— Nosotros rompemos todo lo normal en cuanto a las costumbres vampíricas.. Normalmente uno no quiere ser importante en la historia porque despúes de unas décadas será fácil tu reconocimiento.... Aún así dirigir una corporación no crea tanto ruido porque normalmente al público no les interesan las noticias de empresarios, por eso decidimos que era hora de dirigir personalmente lo que hace años atrás mi hermano y yo comenzamos— explicó Hilbert.
— Lo malo es que tienes que crearte una vida completa. Papeles nuevos, contratos, declaraciones, acciones legales, testigos, presta nombres, fotos viejas... fuf!— bufó Lanthis
— Pero.... En unos años no envejecerán... todos se darán cuenta...— exclamé con temor.
Comenzaba a comprender cómo habían hecho todo.
La gran estafa se debía llamar , no obstante las sospechas crecerian con los años si no se hacía nada...
— Pensamos terminar esto en unos años.. una crisis estaría bien o talvez un traspaso. Sin embargo tendríamos que borrar noticias importantes y en cierto modo ocultarnos por unos 50 años para que la generación que pudo haber escuchado de nostros pase y al llegar a una ciudad a vivir la vida normal de nuevo como antes hacíamos no levantemos sospecha alguna— aclaró esta vez Arthur.
Yo sólo suspiré.
Estaba impresionada.
Los temas se fueron dando y noté que omitieron aquella parte de Vlader al decir Hilbert con gran calma “fue un mal momento que debió suceder”. Obviamente no preguntaría pero ahora me sentía más intrigada que nunca. ¿Qué había sucedido? Esperaba que Arthur me contara posteriormente todo aquello......
En cuanto a Helena; una señora, o dama de unos 29-30, cabello oscuro y ojos del mismo tono pero con su extrema palidez que rodeaba sus facciones suaves.. Fue la que abordó un nuevo tema.
—Creo que deberíamos parar de platicar a Catherine sobre el pasado…. Seguramente tu mayor pregunta es sobre nuestra forma de alimentación—
Hilbert parecía alguien mayor a ella pero solamente por unos cuantos años, talvez 4 de diferencia.
Parecían ser la pareja perfecta, más bien cómo almas gemelas no como l media naranja de uno... Apostaba a que compartían cualidades iguales.
Susonrisa afable sólo incrementaba la gentileza que ya poseía.
Asentí sin hablar, no sabía si decir “si” o “ahhh claro”… Lo mejor era realizar un movimiento sordo.
Desde allí comenzó una plática que duró tan poco para mi percepción pero en tiempo real abarcó 1 hora.
Me explicaron todo lo que un humano debía saber de los vampiros.
Se alimentaban de la sangre para absorber la vida de las personas o animales y así ellos tuviesen vida eterna.
La familia de Brun al igual que muchos otros vampiros en el mundo, ahora se alimentaban la mayor parte del tiempo de animales y donaciones de sangre.
“Es el siglo XXI” y la compresión humanística y la moral aún está en los nuevos vampiros"Aunque hay excepciones como en todo campo….. Otros que se rehúsan a estas nuevas costumbres y siguen su vida en la soledad de los bosques y la caza de humanos…. Sin piedad, sin lástima y sin pudor.
Igual me explicaron sobre sus habilidades.
Entre ellas estaba la detección de sonido a larga distancia pero Helena se los prohibía rotundamente si no era sutilmente necesario ya que era de mal gusto espiar a la gente al igual que el poder de leer la mente de las personas y vampiros.
—!!¿Qué?¡¡— pregunté casi llegando al punto de gritar. Esto era demasiado.
No podía creerlo.
¿Cuántas veces había él, su hermana, Andreus y demás escuchado mis delirios acerca de Arthur y todos los nervios y angustias que me ocasionaba?
VERGÜENZA total!
—Si, pero no podemos contigo— Arthur respondió al instante intentando calmarme.
—Qué?? — pregunté aún más confundida.
—No podemos leerle la mente a todas las personas, sólo a algunas, tal vez al 50% de la población o incluso al 35%— aclaró Andreus quien estaba sentado enfrente de mí.
—Oh! Ahh…… entiendo— dije ya respirando más tranquilamente.
Que susto había tenido!
Me explicaron de su rapidez, de cómo les era fácil predecir por experiencia y hablando de aquello, también en como sucedía eso de la vida eterna y los cambios, las adaptaciones, las impresiones que tuvieron con los nuevos descubrimientos y el pasar de los años con la sociedad cambiante.
TODO.
Todas mis dudas fueron calmadas conforme pasaba el rato.
El sol, una clase de mito. Si bien, la parte favorita del día entero era la noche por comodidad, podían vivir con él sol ardiente si se alimentaban cada cierto tiempo y cada persona soportaba de diferente tiempo y forma la ausencia del suministro eterno, ahora me daba cuenta porqué hubo ocasiones en que Arthur se veía tan... Sin vida…
—Qué?!!! Enserio?!!! Debiste haberlas rechazado! — exclamé interrumpiendo el consumo de mi postre chocolatoso.
— No hubo gran problema — se justificó Arthur aludiendo al hecho que nunca rechazó rudamente mis insistencias en que comiera. Ahora me decían que la comida humana no les hacía nada bien. Me sentía tan culpable en ese instante…
La plática volvió a tomar lugar en la sala. A este punto me sentía tan cómoda que ya comenzaba a bromear y a hablar con tanta fluidez. Arthur sonreía ante todo esto.
Al llegar las 7:25 pm, Helena desapareció por un instante y reapareció con un regalo en manos.
Me lo dio a pesar de las insistencias que di.
—No te preocupes Cathy, nos encanta dar regalos a nosotros — guiñó tomándole la mano a su esposo Hilbert.
Suspiré.
A caballo regalado no se le ve el colmillo, ni tan poco lo rechazas…
Tenia de otra?
No.
—Sé que mañana asistirás a la fiesta de Basel y cómo se te fue anunciado a destiempo pensé que te consternarías por el vestido pero sé que este te quedará a la perfección— dijo feliz.
Al final acepté y al verlo lo amé.
Estaba divino, lardo de color rojo, los detalles eran lo que impactaba.
Platicamos un poco más y después llegó la despedida, a este punto "comodidad" era la palabra perfecta para describir como me sentía a su alrededor.
Llegamos a mi casa alrededor de las 8:50.
Al abrir la puerta de la cocina una hoja pegada en el refrigerador de color fluorescente rosado llamó mi atención inmediatamente, claro hecho para eso fue escrito la nota en ese tipo de papel.
Salí con Kevin.
Me siento perfecta, gracias por sus cuidados chicos.
No me esperes despierta Cath.
Besos…
Agarré una pluma que estaba sobre la tabla de la cocina y utilicé la misma herramienta que usó cynthia para responderle solamente con una cara feliz.
Arthur me veía sonriente.
-¿Qué?- pregunté riendo
-Qué porqué?-
-No sé, me mirás…- caminé a él.
-Oh perdona, intentaré no hacerlo pero no te puedo prometer nada-
Reí en lo alto y antes de que me acercara para abrazarlo sonó mi celular en el bolsillo posterior izquierdo.
Paré y miré el nombre.
Numero desconocido.
Que raro…
-Si?-
-Allie!- se escuchó la voz de John del otro lado.
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