10° Capítulo de Secretos de un Vampiro

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Catherine

Desconciertos

La noche era fría y oscura.
La luna mostraba todo su blanco esplendor; era luna llena y se encontraba en lo alto del negro cielo.
La calle estaba iluminada por los faros y las luces de las pocas tiendas aún abiertas que estaban en el alrededor, me encontraba entre la calle Mathis y la 12° norte; calles a solo 4 cuadras de la privada donde vivía.


Cynthia había tomado un café con una amiga lejana de ella llamada Leticia y ahora que yo terminaba de comprar en una papelería unos materiales que nos habían pedido en la clase de "Introducción de la teoría literaria" a solo 2 tiendas del café donde estaba, me había interceptado en la caja de cobro en donde compraba todas las cartulinas, plumones y demás.

-Lista? ¿Encontraste todo?-
-Si, ya está- dije satisfecha mientras cargaba con dificultad las bolsas llenas y pesadas.
-Bueno, vamonos antes de que se haga más noche-
-El día apenas y dura-
-Lo sé, aunque ya son las 8:00, creo que me excedí platicando-


Salimos de la tienda y nos dirigimos a nuestro hogar.
Le pregunté algunas cosas de Leticia y ella respondió muy feliz porque tenía demasiado tiempo que no la veía, la última vez fue en un campamento de verano de secundaria.
Cyndy me contó algunos temas de los que hablaron y me preguntó si había algún problema en que la invitara a la cena del día siguiente porque Lety se quedaría 1 semana más en Brighton y quería mostrarle la ciudad.

-Claro que no hay problema! Sería perfecto- dije animada para convencerla. No me importaba que fuera pero no me entusiasmaba tanto salir a cenar. Creo que la nostalgia ya me estaba inundando; sí, lo sabía, no debía quejarme porque todos a los que conocía se habían comportado muy bien conmigo, pero extrañaba excesivamente a mis amigos de Grishville y salir sin ellos hacía que los echara de menos aun más.
-Genial!- respondio. - Oie, no te importa si vamos a la tienda de "Spunk"?...... Esa que está en la esquina, es que quiero ver si me compro un piercing de mariposa. El que tengo ya me aburrió-
-Seguro, vamos- la alenté



{Cyndy se había hecho un piercing en el ombligo cuando cumplió los 17, hace aproximadamente 2 años. Su mamá no lo sabía así que siempre usaba playeras largas para qué por si hubiese un accidente no la descubrieran. }


Al llegar al comercio, mi mejor amiga se enamoró inmediatamente de un arete en forma de corazón con brillantes que había visto atreves del aparador detrás del ventanal que daba a la calle. Entró corriendo y yo la seguí sosegada por las 3 bolsas que cargaba y que me habían cansado mucho en el trayecto a la tienda de “Spunk”.

El hombre encargado de atender a los clientes, le mostró muy animado el pendiente que había amado Cyndy con unos 8 más parecidos a esos por si le gustaban. Por el momento, yo ponía debajo de mis pies las grandes y blancas bolsas para no seguir cargándolas.

El interior de la tienda estaba iluminado por tenues luces color azules y amarillas. Pero todo se veía muy limpio y elegante a excepción de un hombre que estaba sentado en la "banca de espera". Era de aproximadamente 32 años y tenía una gran barba lacia que combinaba con su larga cabellera negra. Tenía la cara de mala persona pero me sentí demasiado prejuiciosa el pensar así por ello quise probar que no todas las personas parecidas a él eran malos así que tome asiento a lado de él para también descansar un poco.

Aún así no evité ponerme nerviosa y me quede inmóvil posando la vista en el blanco piso en donde me llego un olor y humo de cigarro que nubló mi cara. Miré discretamente a mi izquierda y comprobé que el señor tenía un habano. Mirarlo hizo que igual notará que su mirada se enfocaba en mi pecho y su boca mostraba una sonrisa ansiosa.

Me entró el miedo, no porque me fuera a hacer algo; estaba rodeada de personas. Pero por saber que el hombre pensaba cosas de mí.
-Te espero afuera, tomaré aire fresco- le avisé a Cyndy quien se probaba un arete de una flor roja.
-Ok, no tardo mucho deja las cosas aquí, yo te las llevo cuando salga- dijo una voz mecánica.
-gracias- dije alzando las bolsas de nuevo y dejándolas a su lado.
Un gesto grosero para el hombre que estaba en la banca pero no se merecía mi gentileza.


Salí discretamente rápido y me senté en la banqueta que estaba enfrente de la tienda, mis pies me dolían y mi estomago igual.
Me sobrecargué sobre mis rodillas y miré el suelo.


Tenía comprendido que todo iba a ser diferente, que las cosas ya no iban a ser como antes. Pero extrañaba más de lo planeado a Grishville.
No odiaba a Brighton, me gustaba, aunque por el momento no pudiese ver claramente todas las maravillas que tenia por el muro de nostalgia que tenía mi mente.
Sentía que me arrepentía de todo.

Desde que había llegado echaba de menos los gritos de mi mamá en la mañana insistiendo en que se me hacía tarde, los regaños de la maestra Luz por platicar demasiado aunque otros estuviesen gritando y yo platicase en susurros, las visitas de casi todos los días de parte de Ben, Mike y Jon…… Y la petición de desesperación que le hacía a Scott en las noches para que me ayudara con la tarea.

Cathy, no te desesperes! Apenas es el 2° día de clases! ¿Cómo esperas que todo sea mejor que antes si apenas y estas empezando!


Volví a mirar mi celular por 10° vez en el día para revisar si me había llegado un mensaje y yo no me había percatado, pero no había nada en el buzón de entrada. Sería lógico y obtendría un punto final a este asunto si le dijera a Scott que le reclamase a Jonathan porqué no me mandaba ni un mensaje. Todos lo habían hecho menos él, y nadie me decía nada a menos que preguntará, cosa que no hacía muy amenudo porque si él quería saber de mí por lo menos me mandaría un mensaje por el celular, pero era claro que no quería porqué no lo había hecho.
Pero Johnny estaba en todo su derecho y saber que estaba arreglando los problemas que tenia con sus tíos me hacía sentir un poco menos disgustada, sin embargo, tomarse 5 minutos para llamarme y saludar o solo 1 minuto para enviarme un mensaje, no lo iba a matar.
No a él, solo a mí.
Me moría de curiosidad en conocer cómo le iba en Pilbort, o por lo menos que me dijera que se había dado cuenta que no era para él y que ya no quería hablar conmigo por eso no se había contactado conmigo en las últimas 2 semanas.

Ahora que ya no estaba me daba cuenta de cuanta falta me hacía. El había sido mi confidente, mi amigo, y mi primer amor platónico (ya que nunca llegamos a ser nada oficialmente)



Un aire frio paso por toda la calle. Me acurruqué y me froté los brazos, manos y piernas. Llevaba un pantalón de algodón, muy cómodo, pero mi blusa era de satín, tela que no contribuía para nada en la protección del frio.

El viento se hizo cada vez más fuerte creando rafagas de viendo y haciendo que mechones de mi cabello taparan completamente mi vista, mi blusa se movía cual tela embrujada.
Levanté mi mano para apartarme el cabello de la cara pero mi celular cayo porque no había sido inteligente y no lo había sostenido bien. Como estaba en zona alta de una calle que se inclinaba, este rodo por en medio de la calle y yo tuve que ir corriendo antes de que se escapara más lejos.

-Estúpido Celular- dije cuando lo alcancé.
Lo metí en mi bolsillo derecho del pantalón y volví a apartarme el cabello de la cara que estorbaba mi visión. Mis ojos estaban dirigidos al frente pero no había visto lo que se encontraba allí, pero al terminar de apartar mi cabello de mi rostro pude ver lo que se encontraba en la acera del otro lado de la calle. Esa fue la primera vez que lo vi.


Yo jamás me pude haber imaginado a alguien así, alguien como él, alguien tan pero tan perfecto, era simplemente tan impresionante. No evitabas quedarte sin palabras cuando lo veías por primera vez(o tal vez ese efecto solo sucedió en mí).
Era tan escultural, era hermoso. Como una anestesia para la vista(te hacía sentir en las nubes).
Lo contradictorio de esto era que sabía con seguridad en el fondo de mi mente que había visto a personas así en algunas vacaciones o en algún otro lugar, personas que me impresionaron igual que aquel chico cuando los veía. Pero mi mente no quiso admitirlo, se negó a admitirlo , solo quería aclarar que él era el chico más hermoso que había visto.

.Alto, la verdad no soy buena en medir a las personas pero luego Cyndy me confirmo que no estaba tan mal como creía , 1.90, piel blanca, no.. Me equivocaba, piel color porcelana. Demasiado blanca y lisa que daban ganas de tocarla, pero fueron aspectos que me sorprendieron en el primer instante en el que lo vi, aún así comprendí que era porque se encontraba exactamente debajo de un faro con luz blanca, me reí en mis adentros.

No se veía tan fuerte como Ryan, quien tenía unos grandes músculos, pero se podían distinguir por debajo de su negro traje que traía puesto el cual hacia reverencia a su cuerpo.
Tenía una mandíbula bien marcada y dura de lo más varonil. Unos labios algo delgados color rosa semi pálido que se movían rápidamente mientras hablaba. Su nariz era perfecta y recta que introducía a unas pobladas cejas rectas con un poco, casi nada de arco.
Su peinado era jovial y alborotado hacía delante un poco más largo de lo normal. Su cabellera era negra como el carbón, color que resaltaba su extraordinario tono de piel y que brillaba por los reflejos color miel que tenía, combinación de lo más raro, pero era la combinación de perfección con mas perfección y no sabía qué resultado daba.

Realmente muchas personas se parecían a él. La mayoría de los chicos de mis clases eran tan blancos-palidos como él, había otros que tenían el cuerpo de esa forma, o esa estatura(y enserio habían demasiados porque yo era de las más pequeñas), pero tal vez era el hecho de que todo se juntaba en una sola persona, lo que lo hacía tan “perfecto”


Después de admirarlo me di cuenta (y era tan obvio) que estaba con 5 chicas, estas aparecieron de la nada, cosa imposible de suceder. Así que en verdad siempre estuvieron pero nunca me di cuenta, podría ser por su estatura la razón por la que no las había visto.
Pero al mirarlas noté que eran bellísimas! Una corriente de celos gobernó en todo mi cuerpo; rubias, bronceadas, ojos claros, narices simétricas. Una con pecas otra con un arete en la nariz, había demasiada variedad, y me pregunté:
Jajaja ¿serán todas sus novias?


El susodicho viró la cara y me miró.
Momento en el cual pude sus ojos ver, unos ojos tan divinos!
Me fundí en esos ojos color azul oscuro, color ZAFIRO! ¿Acaso eso es posible?
Mirar sus ojos me hizo sentir bien, calmada. Encantada.

De nuevo, un cosquilleo recorrió mi cuerpo desde los pies hasta la coronilla y me sentí tonta y extraña, una atracción e interes instantaneo!!! e involuntario!!!
No podía creer que estuviera admirando a una persona. No podía creer que una persona se me hiciera tan facinante.
Como dije, estaba segura que en el mundo había personas que talvez se comparasen con su hermosura, talvez lo dudaba, pero mi mente tenia vagos recuerdos en algunas ciudades que había visitado, pero no recordaba haberlos aclamado tanto.
Esta no era yo, yo no era el tipo de chica que se emocionaba con cada chico que veía y que buscaba un novio a cualquier esquina de cada ciudad.
Algo mas encendía mi deseo, mi interés por él.
Sus ojos eran trampas engañosas.


Desvié mi mirada para no caer profundamente en el hechizo. Este sentimiento y reacción tenía que tener una base científica, o no.
Deseaba haber ido con una “bruja” que leyera mi destino y que me hubiese advertido de esto, asi podría tener una pista de lo que podría ser.
Porque sentir tanto interés en él me confundía, era demasiado para mí. Era mucho que me un extraño me gustara tanto.

Me sentí decepcionada conmigo misma porque no había venido a Brighton por esto, y tan solo el 2° día de clases ya me había embobado con un tipo que ni conocía!
¿Y mis objetivos? Y mis prioridades? Y mis promesas? Pero más que nada.... ¿Y jonathan?? Donde se encontraban todas estas cosas????

!Estúpido subconciente, yo no quiero!


Me acordé de los apuestos chicos de Grishville, todos presumidos y capaces de imaginar que merecen todo y que son perfectos(aunque lo sean, no tienen derecho a pensar asi!), creían que eran mejores que todos y solo querían a las chicas por una diferente razón de la que deberían.
Estaba segura que él era así, pero mi estúpido subconsciente de nuevo dijo:
No, hay personas diferentes
¿Cómo podía pensar eso?
Luché y triunfé.
No Catherine, es como los demás, e intente olvidarme de todo esto antes de que volviera a dudar y tener esperanzas de conocerlo.


El chico todavía me miraba y las chicas que ahora estaban a su alrededor volteaban para ver qué tanto lo tenía distraído.
Me decepcionó qué rápido podía olvidar a alguien! Yo, que le había prometido a Jonh no hacer cosas que en ese momento sucedían.
Promesas rotas ya eran.

Después de unos segundos de pensar casi todo esto me dije casi a gritos; voltéate, olvidate, y concentrate Catherine!. ¿Qué ganaras?¿QUE ESPERAS? ¿Que se interese en ti? ¿Qué ganas con admirarlo y pensar que no es un engreído?

Lo mire por última vez, este tenía la expresión más neutra que alguien podía expresar. Y las otras chicas me miraban enojadas con unos ojos que recorrían mi cuerpo de arriba abajo para encontrar algo mejor de lo que ellas tenían.

Y mas estúpida me sentí cuando me percaté que estuve parada en medio de la calle todo este tiempo! Pero milagro que ningún carro decidió pasar por los alrededores! Hubiece muerto porque me encontraba segundos atrás bajo un hechizo!


Y como había dicho, me volteé y caminé dándole la espalda en dirección a la tienda “Spunk”.

Aunque solamente camine pocos pasos antes de encontrarme a Cynthia quien salía de una tienda de música bostezando y diciendo:
-Oh! Allie, no te vi y empecé a caminar pero me entretuve con los precios de rebaja en el disco de los Beatles- dijo señalando al ventanal en el que estaba una gran cartulina fosforesente en la que anunciaba un precio especial para los discos de los Beatles..
-No te preocupes- respondi rápidamente para poder terminar la conversación y así empezar a caminar a la casa y alejarme de aquel chico.
- No me compré ningún piercing, no me convencieron del todo, aparte tengo sueño. ¿Donde andabas Cathy?- pregunto sin interés.
- se había caído mi celular y rodó calle abajo, pero lo sostuve antes de que se fuera muy lejos jajaja- reí forzadamente porque si no hubiese estado nerviosa, lo hubiese hecho, y quería hacer lo posible para olvidar lo sucedido
-vámonos-le dije a Cynthia un poco sonrojada a consecuencia de pena y enojo.
-espera!- dijo Cyndy mientras se detenía y miraba hacía un bar que estaba allí cerca, un bar en el cual en la entrada se encontraba un grupo de chicas despidiendo a un chico alto y muyyy apuesto... -acaso no es...Arthur de Br…..- dijo Cyndy -!No chingues! Por supuesto que sí! Es él! ¡Que horror! – dijo pasmada mientras sostenía mi brazo.
La jale rápidamente insistiendo en irnos.
-Estoy siendo muy obvia?- pregunto susurrándome y con un tono rojo en su cara.
-Demasido- mentí. Pero tuve que decirle eso a Cyndy para que aceptara mis ruegos.


Nos dirigimos calle abajo para regresar a la casa que por suerte se encontraba en dirección contraria del bar. Cyndy se reía y al llegar a la esquina se paró y me dijo:
-Dios! Esto es tan barbaro! !Tienes que estar bromeando jovenazo!- dijo entre risas.
Yo estaba perturbada, si él era el famoso “Arthur” entonces ya sabía porque el dia anterior Andrea y ella me habían visto con cara "Freak". Pero ¿Qué iba a saber yo si la explicación que prometió darme en la casa nunca se cumplió por distracción y olvido?
Ahora yo me sentía extraña y eso me asustaba. No era nada normal ver a alguien y sentirme así.
No me sentía normal.
-No puedo creer que ayer lo vimos y hoy. Zaz! De nuevo! Chingados!- dijo riendo mi mejor amiga.
-Entonces él era Arthur, el de ayer en el estacionamiento, el chico que no pudimos ver Andrea yo ¿verdad?- pregunté para rectificar.
-Claro! Como te dije. ¿No? El hombre es perfecto. Pero no sé porqué me emociono. Vive aquí y no debería sorprenderme el que lo vea mucho y mas porqué su hermana estudia en la escuela!- tomo una pausa y retomó su monólogo -Pero que haría en esta calle? Porque no se va a la plaza Stardust? Es más de su clase...- dijo enojada.

Cyndy había mencionado algo de su hermana el día pasado, pero no le había puesto atención, quise preguntarle más sobre ella pero no quería seguir hablando de Arthur.


Teníamos que cruzar la acera pero antes de eso le pregunté a Cynthia
- ¿Crees en el destino escrito Cyn?-
-Oh! Si lo dices por él wapote que acabamos de ver, entonces que suerte tenemos!-
-No!- le sonreí para no parecer tan seria – me refiero, tu sabes.... a todo!-
-uhmmm depende…. bueno osea si ¿porque no? Por algo pasan las cosas. Pero pues vale ¿Porque? ¿Tú crees que exista? Se supone que por eso se da eso del amor a primera vista ¿no? Y apuesto a que esto estaba escrito. No- pu-edo-cre-er-lo to-da-via- dijo distraída.

Torcí la boca.
Wow, otra prueba no podía haber!
Claro que era el destino que Cynthia dijera eso en este momento!
Sin embargo, no me pudo haber sucedido eso del.. “amor a primera vista”....
No.. Por supuesto que no, eso ya era demasiado exesivo.
Solo fue su aspecto físico lo que me impactó. Sí, eso era...
- No, talvez no exista.....- respondí.