Catherine
Nuevo Comienzo

En la vida de uno, faltan momentos como este.
El encuentro de ese ser perfecto que místicamente parece estar destinado para ti.
Y a la mayoría de las personas por milagros les llega a suceder.
Pero sin importar cuánto hayas deseado este momento, las cosas se vienen abajo cuando te das cuenta que no todo es como debería ser.
Que todo está al revés.
Que las cosas no están del todo correctas.
¿Pero……………………. Qué es correcto?
No todo lo bueno tiene que seguir una norma
Lo correcto no es lo usual, no es lo normal.
Y ahora mi vida se convertía en una excéntrica experiencia.
Sin embargo, lo inusual hacía cosas malas.
Pero qué más da si uno es feliz ¿No? ¡¿NO?¡
Nuevo Comienzo
En la vida de uno, faltan momentos como este.
El encuentro de ese ser perfecto que místicamente parece estar destinado para ti.
Y a la mayoría de las personas por milagros les llega a suceder.
Pero sin importar cuánto hayas deseado este momento, las cosas se vienen abajo cuando te das cuenta que no todo es como debería ser.
Que todo está al revés.
Que las cosas no están del todo correctas.
¿Pero……………………. Qué es correcto?
No todo lo bueno tiene que seguir una norma
Lo correcto no es lo usual, no es lo normal.
Y ahora mi vida se convertía en una excéntrica experiencia.
Sin embargo, lo inusual hacía cosas malas.
Pero qué más da si uno es feliz ¿No? ¡¿NO?¡
Rechazar.
Presioné la opción que tenía como título aquella palabra al divisar una llamada entrante.
Era de Jonathan (El mejor de los milagros y en el momento menos apropiado).
Mi corazón palpitó impacientándose, sin embargo no tenía tiempo para siquiera contestarle ahora que me encontraba caminando con Andreus en las calle 45 esperando arribar a aquél sitio donde vería a William....
Alto y bien vestido.
El novio de Lanthis caminaba a mi derecha con la mirada al frente sin voltear a ver sus pisadas ni tampoco algún punto fijo.
Me intimidaban en cierta forma sus acciones pero no me desagradaba nada.
—¿Tú no sabes dónde ah estado?— pregunté rompiendo el silencio en nuestra travesía.
— No exactamente. Ha ido a DBIAB muchísimas veces pero al ver que Lanthis llega para hablar con él , Emrick se marcha y va a la casa para pasar el tiempo en su cuarto antes de irse a otra parte. Aún así, su paradero no debe ser una preocupación transcendental— miró hacia mí con una cara serena para convencerme.
Su piel extremadamente pálida relució con los rayos del sol que chocaron contra su rostro y sus pupilas verdes.
Vampiro obviamente.
No por el hecho de que me lo haya dicho si no por esas cualidades insignificantes y al mismo tiempo importantes que compartían todos. Ahora juraba sentirme un radar andante y tener el conocimiento suficiente para determinar quiénes de la gente que caminaba en aquella calle igual era uno de su especie.
—Supongo que no— suspiré fuertemente.
Y era verdad.
Lanthis ya me había informado anteriormente que Arthur podría andar sólo y nada le pasaría. Simplemente consternaba a todos porque era un miembro de la familia y era una reacción normal.
—No tardará mucho en llegar— dijo parándose enfrente de una tienda.
Miré sorprendida.
No habíamos caminado mucho desde el auto cómo pensaría que sería.
Decía “Florería Mandy’s” en letra cursiva roja sobre el vidrio que dejaba ver maravillosos colores de flores que estaban en el interior de la tienda.
—Me iré para dejarlos solos, espera adentro— me abrió la puerta y se despidió rápidamente después de que yo agradeciera.
Entré.
Una señorita enseguida se acercó a preguntarme si buscaba algún arreglo o flor en especial.
—No gracias, sólo miraré— respondí para no recibir más preguntas de su parte en el tiempo que estuviera en aquél lugar y tambien para que tuviese sentido de estar allí esperando.
Comencé a vagar por los alrededores.
Desde el exterior la tienda se percibía muy pequeña pero por dentro era todo lo contrario...Se veía demasiado amplía y contenía miles de flores de diferentes tipos.
Me distraje mirándolas y pensando cuál era mi favorita entre todas para evitar espiar a cada minuto la entrada por si aquella persona que tanto esperaba por fin llegaba.
Apenas una hora atrás, Lanthis me había llamado para confirmar nuestro plan.
Arthur no se negaría hacerle un favor a Helena, la “mamá” de ellos.
Y para que no sospechara nada, Helena misma, le pidió que fuera a comprar las flores que siempre adornaban el cuarto de ella. Era un encargo que William invariablemente ralizaba y nunca se negaba.
—Que bueno que aceptó! Helena odia las mentiras pero enseguida cedió por completo cuando le propuse el plan........ Tal vez es algo que ella no haría en momentos como este y esto ocasione que Arthur dude un poco pero eso no evitara que siga yendo a comprar las flores a ese lugar en especial— me había dicho Amelie con sumo entusiasmo antes de avisarme que ella no podría acompañarme porque tenía un compromiso demasiado importante así que Andreus sería el elegido.
Busqué con la mirada un reloj:
6:54 pm Mostraron sus manecillas negras.
Que bien!
Tan sólo habían pasado 3 minutos desde mi llegada y ya estaba muriéndome de impaciencia.
Y justo cuando había decidido que 5 minutos más no me matarían, la puerta se abrió lentamente dejando mostrar al hombre que deseaba ver con tantas ansias y angustia.
Mi garganta se cerró.
Sus ojos se dirigieron a mí desde un principio cómo sabiendo lo que le esperaba o captando su atención al entrar de una manera automática.
Indescriptiblemente doloroso.
Eso describía tan solo un poco su aspecto.
—Arthur……—dije su nombre cómo si horas atrás me hubiesen operado de las amígdalas y no fuese capaz de articular palabra en voz alta.
Fue un milagro el simple hecho que pude escupir su nombre porque estaba más que impresionada y mi cuerpo había reaccionado incorrectamente creando intervenciones en mi plan.
¿Lo habría oído?
Una semana antes habría jurado que no aunque en realidad sí lo hubiese escuchado.
Ahora, apostaba a su favor y se evidenciaba con un parpadeo rápido que realizó.
Contemplé aquellos hipnóticos ojos zafiros los cuales se mostraron impactados. Plenamente desconcertados y fuera de sí.
Y no solamente pude apreciar su sorpresa. Una vil profunda tristeza y sufrimiento se distinguió en su mirar recordando lo estúpida que había sido la última vez que hablé con él.
Sitúo la mirada en el piso y antes de que pudiese levantar su pie en la dirección contraria a la mía para irse de aquél lugar lo más antes posible y no causarme ningún temor, yo dije rápido pero aún en lo bajo:
—No, no te vayas—
Se detuvo instantáneamente y volteo de nuevo hacia mí.
Sentí cómo una sonrisa comenzaba a dibujarse en mi rostro.
No era el momento adecuado para alegrarme ya que su rostro poseía el aspecto más lívido que jamás haya visto.
Me turbé en el fondo pero mi sonrisa no dejó de crecer.
Verlo allí, tan cerca……. Teniendo seguridad que no se iría. Que el hecho de haberse parado significaba que aún me quería y que simplemente había decidido irse por temor a causarme miedo, otro aspecto que demostraba que me quería!
Caminé hacia él al instante en el que incrementaban poco a poco las ganas de correr hacia él y abrazarlo.
Realicé los 7 pasos que nos separaban y no me detuve hasta rodearlo con mis brazos desesperados por aplacar la infinita pena que mostraba su rostro.
Me odiaba completamente a mi misma…
Pensé que no me correspondería tan fácilmente pero en cuanto me abracé a él, Arthur copió mi acción.
Me sujetó con fuerza.
Con ímpetu.
Sus músculos tomaron la forma de mi cuerpo y se convirtieron en un lugar creado especialmente para mí.
Me deslumbré y evité la petrificación aun que era la reacción normal que hubiese tenido.
Por un pequeño pero importante rato estuve allí simplemente abrazándolo, sin hablar ni hacer nada más. Al mismo tiempo las pocas personas que se encontraban a nuestro alrededor miraban curiosas antes de sonreír.
—Par de tórtolos— era la frase que se admiraba en sus ojos sonrientes al vernos.
Me separé de él porque aún debía pedir cientas de disculpas. No obstante, William se adelantó a hablar.
—Al escuchar tu segunda frase me esperé una gran charla antes que existiera la posibilidad que esto sucediera— dijo sonriendo. Creando líneas en sus mejillas por su gran y perfecta sonrisa. Su rostro había cambiado completamente. Era reluciente y un calmante para mi interior…Mi corazón dio un suspiro de satisfacción, no lo quería volver a ver con aquella cara, no volvería a causarle daño a Arthur.
—No pude contenerme— dije al mismo nivel de felicidad que él.
Las mejillas me dolían de tanto sonreír pero el dolor no me importaba en estos momentos, mis codos llamaban mi atención con una punzada permanente pero todo era insignificante.
—Perfecto— respondió pasando sus dedos por mi cabello tan cuidadosa y suavemente.
Su tacto frío ahora se sentía diferente. Después de conocer algo nuevo ves las cosas de otra manera y eso me sucedía en ese mismo instante.
—Perdón Arthur, no quise decirlo. Lo dije sin siquiera pensarlo ni una sola vez… lo siento tanto—
Me volvía a sentir pésima. La mujer más desgraciada del mundo. Me sentía como un veneno mortal, tóxico e hiriente.
¿Como pude haberme permitido hacerle tal daño a Arthur?…Había perdido la cabeza.
Al terminar mi frase, su semblante cambió.
Pareció como si de un golpe recordase a qué se debía nuestra separación.
—Cathy, tuviste toda la razón…. Y lo acepto sin dudar, no soy bueno para ti— dijo ahora serio bajando sus manos lentamente en contra de su querer.
Mis cejas se ciñeron rápidamente
—No… eres más que perfecto para mi Arthur.Te quiero, eso es lo que importa ¿no? Tú y yo. Aquí en el presente. No me interesa tu pasado. Solo hoy y nosotros— dije preocupada viéndolo.
Dios, era tan hermoso…
Impacientándose él respondió:
—Cathy, no quiero ponerte en una situación do.. —
—Shhhh…— dije colocando mi dedo índice en su boca cómo lo había visto tantas veces en películas — ya lo decidí y nada me hará cambiar de parecer. Tú y yo, ahorita, nada más— sonreí a mi hermoso y perfecto novio.
Él comenzó con una media sonrisa y la completó mientras sus brazos me presionaban fuerte y me levantaba un poco en el aire antes de juntar sus labios con los míos.
Me aferré a su cuello y su cara completa y aunque besar apasionadamente a alguien en un lugar público no era para nada lo mío.
Hoy era una excepción.
De repente sentí como si hubiese vivido años con Arthur. Como si lo conociera por mucho tiempo.
Como dicen; lo que no te mata te hace fuerte…
Ahora sentía una nueva sensación entre los dos.
Más confianza, más cariño, más todo………..
Paré.
A nuestra derecha una señorita nos miraba con los ojos sorpresivos.
Me aparté, había sido algo irrespetuoso todo aquello.
—Perdón Lorena —
—No hay problema Mr.Arthur—
—Vengo por las flores— dijo Arthur sorprendiéndome ahora a mí.
William ya se sabía el nombre de la encargada y hasta ella conocía exactamente a cuales flores se refería…. Obviamente, no había razón para estar celosa… simplemente era como me habían explicado; cada 15 días Arthur venía por el arreglo floral que su mamá encargaba.
—Mr.Arthur, no tenemos el encargo hecho, no recibimos ninguna llamada— dijo alarmante y con claro temor en sus facciones. Lorena no tenía la culpa sin embargo ella sentía que sí.
William torció sus cejas confundido.
Él sabía que no era la fecha correcta para venir a esta tienda, no obstante, había esperado que Helena haya llamado con anterioridad para que estuvieran para este día.
Raspé mi garganta antes de apenada decir:
—Ehmmm eso puedo explicarlo—
Arthur al descubrir todo el plan que ejecutamos carcajeó ligeramente sin despegar su mano que me rodeaba de un modo protector.
—No hay problema, ahorita mismo hacemos el arreglo— dijo la señorita sonriente antes de darse media vuelta e irse de prisa y pasar una puerta con suma ansiedad.
Me sentí mal por lo que le había causado a aquella chica pero ahora todo estaba bien.
Caminamos por los alrededores lentamente admirando todos los colores, texturas, tamaños y olores de las flores que se encontraban en la gran habitación.
Parecía que la vida me daba escenarios estupendos mientras me encontraba con él.
Y decidí que al tener mi propia casa llenaría el jardín de todos los colores posibles.
—Una favorita? — preguntó a mi lado sujetándo mi mano.
—No me decido, todas son tan hermosas— miré una flor rosada fucsia que enseguida me llamó la atención.
—Hey. Tu eres hermosa—
Sonreí feliz. No sólo por lo que me había dicho si no por todo.
Por haberme dado cuenta tempranamente que Arthur era para mí aún si fuera vampiro o no, o si había tenido un pasado no muy grato de mencionar…. Él me quería, yo lo quería y no importaba nada más.
—Sabes, tengo millones de preguntas. Y siento que tendré un enorme deja vú cuando comience a preguntarte— reí mirándolo.
—Como quieras, cuando quieres, cuantas quieras— paró para abrazarme y yo me hundí de nuevo en el.
Quería estar allí por siempre. No me importaría el tiempo, no importaba realmente ahora.
—Bien extraño. Comenzaré con lo básico.… Sí te llamas Arthur verdad? — pregunté alzando una ceja y aguantando una risa.
—Tienes que estar bromeando— rió de nuevo en carcajadas suaves.
—Tu sabes lo que dicen, siempre hay que confirmar—
—Bueno, tienes derecho. Mi nombre es Arthur Emrick Landon William II De Brun Vreizhlandör. Mucho gusto.—
—Muy bien.. y….. De dónde eres? —
—Soy de Nashville, Inglaterra señorita—
Tragué saliva.
—Y…… ¿Qué edad tienes? —
Una de las preguntas claves y tan esperadas.
Tenía mis dudas.
Había estado tanteando la posible respuesta y tenía mis expectaciones y mis ,en sí , “temores”.
Podría haberse convertido hace poco o hace demasiado pero me inclinaba más en la primera idea.
Se veía muy joven.
Ahora tenía que confirmar mis sospechas de él.
— Tengo 3 edades— sonrió con cizaña mientras parecía admirar las flores de enfrente.
Alguien ajeno a esta conversación nos diría locos o nos creería y acosarían a Arthur hasta lograr capturarlo y comenzar a realizar experimentos en él.
Ahorita suponía que la segunda encargada en caja y un cliente allí mismo no podían oír nada de la conversación que sosteníamos, de otra forma, Arthur no hablaría en un tono normal. Sólo por precaución yo intentaba no hablar muy alto.
—Tress?- — pregunté atónita parando mi caminata y mirándolo directamente con mis ojos sobre él reclamándole atención y veracidad.
—Si. Naci el 4 de Diciembre de 1880 , así que en sí tengo 130 años—
—Dios, besé a un bisabuelo— emití mis pensamientos en voz alta sin pensar en lo que Arthur sentiría.
— Es cierto. No me había dado cuenta que era un pedofilo. Que repugnante— dijo muy serio.
— Estaba sólo bromeando.....Aún así no importa, creo que muy en el fondo ya lo suponía y lo bueno esque no aparentas aquello. Te has mantenido muy bien—sonreí intentando dispersar la emoción que tenía.
¿Cómo recibes la noticia que tu novio ah vivido por más de 100 años?
—Tengo 109 años de muerto. Cuando morí y me convirtieron era mi cumpleaños número 21— dijo sin quitar la mirada de mi para admirar por completo mi reacción.
No pude captar ningún sentimiento de tristeza ni nada que lo alterara, aunque realmente Arthur siempre escondía sus sentimientos si eran negativos.
Por mi parte; de nuevo shock.
No esperaba escuchar “Cuando morí..” Me quedé mirando a lo lejos por unos segundos.
Arthur alguna vez murió? No podía ser cierto….
Extrañamente me había dolido.
Sabía que él estaba enfrente de mi, en este mismo instante, esperando que dijera algo. Estaba conmigo y no debía dolerme sin embargo era más de lo que esperaba.
— Así que moriste en tu cumpleaños…— repetí inútilmente
—Sí— dijo sin más y antes de que me pudiese preguntar algo más, la chica de pelo negro que nos había atendido al principio llegó a nuestro lado.
— Aquí tiene Mr. Arthur—
Nunca vi a qué hora sacó su cartera pero ya tenía el dinero en la mano y se lo daba al mismo instante en el que recibía dos bolsas enormes repletas de unas flores blancas. Parecían orquídeas.
Me quedé callada.
Casi echaba todo a perder todo con mi próxima pregunta y ya hubiésemos sido tachados cómo lunáticos.
Nos dimos la vuelta, nos despedimos rápido y seguí a Arthur porque no sabía realmente dónde había aparcado su auto.
¿Importaba?
No.
Sujeté su mano con fuerza y su rostro resplandecía con cierto brillo propio con la sonrisa que mostraba.
Mi novio vampiro.
Arthur de Brun.
2 comentarios:
me encanto este capitulo estuvo genial como todos jejejejejejeje
me encanto que catherine si lo perdonare y que se diera cuenta de que lo queria
yo quiero un arthur donde los venden???
jejejejeje
bueno esperare el proximo capitulo con ansias
Realmente genial... Me encanta!! Me encanto toda la escena y como paso, todo!! me encanta como escribis!! ay, ya quieno mas!! Hmmm! Pero, ahora que lo volviste anombrar, me muero por saber que pasa con Jonathan!! AAH!!!!!!!!
Suerte y mucha inspiracion!!! Waa!!
Suerte!!
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