Catherine
Regresar para quedarse

Miles de sentimientos se encontraron y abalanzaron unos a otros, golpeándose, tirándose y de más….
No había pensado en esto desde hace mucho…. más bien en él……
Yo……..
Me sentí estupefacta al escuchar cómo dijo mi nombre después de no haber oído su voz por un largo tiempo…Bien la separación se había tornado en algo soportable, borrar aquellos recuerdos en los que una llamada de él era de las mejores cosas que me podía suceder en el día no era fácil de realizar…
-John…..- dije suavemente por la gran sorpresa.
Esto era tan extraño lo que tornaba todo tan difuso porque no debía ser así, debía todo fluir y ahora parecía tener una enredadera de pensamientos y sentimientos.
Enfrente de mí, William cambió su sonrisa por una cara neutra, sin sentimiento, mirándome y seguramente escuchando atentamente.
Estupidez…. Apostaba 1 millón a que notó mis nervios, mi pulsación que incrementó en milisegundos… ¿Le lastimaba? ¿Pensaría que aún lo quiero? O tal vez supondría que es por el hecho que no lo haya visto desde hace un gran lapso… Esperaba que pensara aquello.
-¿Dónde estás?-
-En mi casa, ¿Porqué lo preguntas?- cuestioné.
- No sé, son preguntas típicas de una conversación.. Al igual que..¿Cómo has estado?- rió en el fondo del auricular.
Su risa…
Otro pequeño aspecto que hizo estremecerme.
No podía decidir cuál era más bella, si la de él o la de Arthur.
-Bien, muy bien, ¿Tu?- dije sentándome en la silla, no sabía cuánto duraría esto. Por su parte, Arthur quedó parado con la mano en los bolsillos, al ver que yo lo miraba viéndome, volteó y pasó su mano por el cabello.
Parecía algo… algo consternado.
-bien bien, no me puedo quejar… ¿Sabes? Te tengo una noticia-
-Ahh si…. ¿Qué pasó John?- pregunté sin la emoción que se merecía y que él claramente esperaba.
Y por obra del destino, en ese instante el celular de Arthur sonó y él se apresuró a contestar.
¿Quién era?
No podía averiguar en ese mismo instante ni poner atención a lo que él decía pero ya tendría tiempo, no debía porqué preocuparme.
-Está alguien más ahí?- para mi sorpresa cuestionó intrigado Jonathan. ¿Cómo diablos había escuchado un timbre de 2 segundos y la voz suave de mi novio?
Glup.
Le decía la verdad?
Obviamente!
William lo notaría en el momento en el que abriera mi boca y eso sería la herida más profunda, sin embargo, pesaba tanto responder…
-Ahbhhhhhh si, es… Arthur- corrompí.
Silencio.
Glup.
-Ahh… así que al final ustedes….?-
-si- apresuré a contestar. Gracias a dios Arthur atendía a su llamada porque mi cara seguramente expresaba tanta incomodidad.
¿La razón exacta?....
John y yo nunca fuimos nada completamente pero al mismo tiempo llegamos a ser más que unos simples amigos (Qué clase de mejores amigos se besaban en ocasiones y salían a todas las partes juntos?)… No tenía razones específicas y justificables para sentirme como si fuera una ex novia maldita que lo olvidaba rápidamente pero no evitaba sentirme así…
Ni encararlo podía aunque ni siquiera se encontraba enfrente de mí.
Colgar era una opción.
Estática!
Siempre podía crear una excusa pero no… sería demasiado infantil.
-wow! Esto es……. Quiero decir……. -
-Si.. lo sé y… tu qué has hecho?-
Sabía que cambiar de tema no borraría de la mente de John todo lo que acababa de descubrir.
Lo conocía.
Parecía rudo, masculino, machista y todo lo que quieras pero era todo lo contrario.
En el fondo cuando algo le importaba, lo protegía hasta el final y lo quería hasta el final y aquella expresión era dolor.
-Ehmm, de hecho yo… ahorita tengo que ir a una parte con un primo-
-Oh... entonces...-
-Sí… entonces, hablamos después-
-John….- inhalé aire. ¿Por qué demonios no lo superaba? Jonathan no debía preocuparme tanto. Nosotros, eramos grandes amigos y sí, lo apresciaba mucho pero hasta allí quedaba. - Nos vemos luego- finalicé.
-Estás bien?-
-Si, claro. ¿Porqué abría de estar mal?- cuestioné estúpidamente, estaba tan nerviosa.
–Tu dime, ¿Pasa algo?-
Me dirigí a el refrigerador y busqué algún snack que calmara el hambre que surgió de la nada.
Noté que ya era tiempo de reabastecer el refri o pronto nos quedaríamos sin alimentos.
-Problemas acerca de La daga Blanca- tomó asiento.
-Graves?-
-No hay de qué preocuparse-
-De hecho….No los buscan a ustedes así que no creo que daba haber grandes problemas..- dije más para mí que para él.
Cerré el refrigerador al agarrar un yogurt y cuando lo encaré pregunté alterada.
-Los buscan?-
La cara de Arthur no era la que normalmente pondría, a este punto él mismo se denotaba porque le dolía mentirme y era fácil notar cuando algo andaba mal en él.
-No exactamente-
- ¿A qué te refieres? Dime!-
No avancé, simplemente permanecí parada.
Si se avecinaban más sustos y sorpresas en mi vida estaba segura que un día tendría un paro cardíaco…
-Ellos matan vampiros… Aparte de yo ser uno, soy descendiente de Vlader y eh bebido de algunos viejos y poderosos vampiros. Desde hace tiempo me quieren matar sin embargo no han encontraron nunca mi paradero y cuando lo hacían siempre ganaba la batalla…. Por las últimas 6 décadas no se escuchó nada grave acerca de ellos…. Mucha información se perdió y la demás fue robada. Casi se separaba la Daga… sin embargo, en los últimos 8 meses se ha vuelto a escuchar su nombre en muchos asesinatos de vampiros. Creemos que han vuelto a comenzar su caza. No sabemos qué nos espera-
Respiré.
El sonido del aire entrando y saliendo aceleradamente se escuchó demasiado claro.... tan nítido.
¿Qué acaso no habían ya consternaciones suficientes en mi vida?
Si de por si la escuela era extremadamente pesada, ir después de una cena de gala a la que acompañé a Arthur hizo que cabeceara en la mayoría de mis clases y solo fuera a calentar la banca.
Arrepentida?
Para nada.
Algo vanidosa; no quería confiarme pero sentía que podría adecuarme a la vida lujosa que él llevaba y todas esas cenas que alguna vez temí y dudé si saldría viva llegaron a ser no tan graves, obviamente porque él estaba allí conmigo.
Saludar, sonreír, ser presentada y platicar un poco de cómo nos conocimos y cuan orgullosa estoy.......
Eso hice la mayor parte del tiempo además de preocuparme aún por la llamada tan inesperada que tuve el día anterior la cual involucraba a una persona que no dejaba de aparecerse en mis pensamientos.
La gente parecía tan amable pero debía cuidarme, gracias a dios Lanthis se encontraba igual a mi lado, relajando todo.
La tarde se tornó noche, la música calmada logró sacar a la pista a unas cuantas parejas, entre ellas a mi y Arthur.
Creo que aquella fue la única vez que me puse muy nerviosa, todos sabían bailar a la perfección y no sólo de una forma si no de variadas maneras tan elegantes. William y yo sólo movíamos los pies porque no me sabía otros pasos.
-Realmente al llegar a mi casa debemos practicar esto en la sala- le sugerí con un susurro.
-Hahaha, no estamos tan mal Allie- contestó riendo.
Casi al terminar, para mi sorpresa, Arthur se paró para dar un pequeño discurso improvisado. Lo tomaron tan desprevenido al igual que otros empresarios y accionistas de cada mesa, no obstante, de maravill. Creo que ya lo había previsto gracias a su habilidad de leer las mentes de las personas la cual utilizaba de una forma muy injusta para mí porque según él, todos los comentarios de las personas hablaban bien de mi... Sabía con certeza que debían haber una o dos personas que no concordaran con aquella opinión pero nunca sabría y de hecho así debía ser en un mundo donde no se pudiese divagar en las mentes de otros....
Mis ojos y oídos no pudieron separarse de él todo ese tiempo, verlo en el pódium lo hacía ver tan… varonil..
No obstante no olvidaba la realidad que se presentaba ante los ojos de todos pero que nadie podía percibirla más que los conocedores de aquél secreto.
Un Arthur inmortal a sus 20 años se presentaba en un cuerpo de 130 años de antiguedad el cual no se deterioraba por la ingesta de sangre... su líquido vital, su alimento y vida plena.
Qué va!
Yo quería a ese chico.
Y ahora. Más de 12 horas despues..... Me levantaba del comedor para lavar los trastes en el fregadero.
Tenía tantas ansias de volverlo a ver pero sabía que eso no sería posible.
Después de la prometida práctica de baile la cual fue un éxito rotundo, William me avisó que saldría de Brighton porque debía ir a la ciudad de Gunesburg a realizar unos negocios de su trabajo, juró no tardar más de 4 días y obviamente sólo pude asentir sin embargo eso me calaba DEMASIADO y más en estos momentos. Era tarde y ahora no me quedaba más que comenzar a realizar la tarea que me habían asignado aquél día.
-Triste? Ya lo extrañas?- preguntó Cynthia agarrando mi plato y comenzándolo a lavar.
-Gracias, te debo una y si.. Intentaré no pensar en eso-
-Hey, saldré con Kevin al cine, lo exámenes pronto vendrán y estaremos ocupadísimos, creo que lo mejor sería aprovechar ¿no crees?-
Un gruñido sonó en mi interior y no a causa de su comentario mas bien porque eso debíamos estar haciendo Arthur y yo, aprovechando ahora que no habían exámenes...
-Ok, estaré aquí... haciendo mi tarea-
Subí y solo escuche el "adiós" que gritó Cynthia cuando Kevin llegó por ella.
Sola, completamente sola en mi cuarto y casa sin hacer nada más divertido que hacer mis deberes.
¿Podía realizar una actividad que enfatizara mi soledad?....
Las ansias eran alucinantes, no podía creer que me pusiera de esta manera, más que nada porque sabía que no se calmarían ni el día siguiente si no hasta dos días más…
Acaso estaba obesesionada?
Realmente parecía que sí.
Tranquila, regresará en unas 60 horas… estarás bien..
Esta mañana en mi hora libre me había llamado. Su voz tan perfecta me ocasionó tanto bien pero sólo de una forma temporal.
-te extraño demasiado-
-hu! Creeme, yo ya me estoy volviendo loca- reí sin mentir.
No podía creer como alguien logra querer a alguien tanto en tan poco tiempo.
Simplemente no encontraba sentido común a lo que sentía.
Debía encontrar alguno?
Claro que no.
EL amor era correspondido, ¿Por qué quejarme?
Sin embargo me preocupaba el hecho que no pudiese pasar unos días sin verlo, me habia adherido a este hábito de ver sus ojos azules la mayor parte de la tarde y la noche.
Pero..... realmente estaba nerviosa no solo por aquello si no por más.... por algo incluso peor, tenía una gran corazonada que me decía "PELIGRO" aparte de tener a Jonathan en mi cabeza todo el tiempo.
¿Cuanto lo quería?
¿Cuanto lo extrañaba?
¿Cuanto me importaba?
¿Sabría Arthur de estas preguntas que me hacía a mi misma?.....!!
-Regresará pronto, tranquila- dijo Lanthis sintiendo la tensión en mis músculos cuando me acompañó a la cafetería.
-Si, estoy exagerando- calmé y me dije a mi misma que dejara de pensar en John. El estaba bien al igual que Arthur.
La hermana de mi novio sonrío feliz y respondió:
-tal vez no. Simplemente es porque lo quieres. Creeme, el la estará pasando peor-
Ok, sobreviviría sin esos besos ni abrazos ni con su voz y con la ausencia de él en la cocina o en el sofá viendo la tele, o ayudándome en mi tarea..
Un par de días no mataba a nadie.
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