Catherine
Un poco más...
Un poco más...
—Morí de un disparo mientras cazaba en el bosque. Nevaba y pensé que estaba herido así que me acerqué a ayudarlo y resultó ser un vampiro. Utilizó el arma que yo traía— dijo sin expresar ninguna pista de lo que sentía.
Conciso.
Simple.
Y seco.
Todo lo opuesto a lo que yo presenciaba en aquél instante.
Me había aferrado a la manija del auto por temor, por escalofríos.
Arthur miró hacia mí inmensamente preocupado y asustado.
—Lo siento mucho Allie. Eh sido tan inconsiderado—
Sus dedos acariciaron mi mano que era sostenida por él.
Su toque glacial logró tranquilizarme inmediatamente aunque sólo de una forma física.
—No, es solo que… me tomó desprevenida— aclaré intentando mostrar una actitud calmada y segura.
Mi autocontrol había mejorado más de lo que tenía pensado y esto facilitaba muchas cosas….. Por otra parte, aún no alcanzaba a borrar las imágenes que había inventado para recrear una escena que mostrara más o menos lo que me había platicado.
Arthur muerto de un disparo…. No lo podía digerir.
Él, hace 100 años, tirado sobre la blanca y fría nieve. Con sangre, mucha sangre y sufriendo porque la vida se la arrebataba una criatura que se alimentaría de él posteriormente.
—¿Y luego te convirtieron..? — pregunté alentándolo a que continuara e hiciera a un lado su temor de que me espantara.
Parecía masoquista ya que no evitaría sentir angustia al escuchar esta parte de su vida pero debía informarme, no podía evadirlo porque algún día debería acostumbrarme y ya era tiempo para eso.
—Si, él mismo..........Vlader —
Esta vez su voz demostró enojo.
Coraje.
Recelos.
Levanté mi mirada para verlo directamente y afirmar si mis sospechas eran ciertas, sin embargo él no la dirigió a mí.
…
—Vampiro…— suspiré en voz alta haciendo énfasis en aquella simple palabra de tres sílabas que serían parte de mi descomunal vida.
William rió suavemente y con un mejor ánimo dijo:
—¿Es muy raro tener un novio vampiro? — preguntó con la curiosidad en sus ojos pícaros que ahora ya no se concentraban en el pavimento ni en el volante, si no en mí.
—Hmmmm no… Ya lo veía venir.. — respondí con simplicidad, actuando lo mejor que pude —¿Porqué? Tener una novia humana es muy raro para ti? — amenacé.
—Demasiado— ciñó las cejas.
—Hey! — Respondí dándole un codazo que fue amortiguado por su piel suavemente dura —Si es demasiado excéntrico entonces podemos arreglarlo rápido y seamos amigos— bromee desafiante.
—Eso sería lo normal pero a este punto prefiero lo inusual—
—Hahaha— vulgarmente me reí de todo lo que me estaba sucediendo — Digo lo mismo—
—Te quiero—
—No tanto como yo— respondí riendo levemente y clavando mi mirada en sus pupilas azul zafiro.
Me derretí.
Tenia unas excesivas ganas de preguntarle tantas cosas pero podía esperar, debía ser paciente, teníamos demasiado tiempo y ahora Cynthia me necesitaba.
En el trayecto al restaurant en donde Arthur y yo habíamos decidido cenar. Mellisa había llamado pidiendo que por favor le informara al día siguiente cómo se encontraba mi amiga.
Pregunté la razón de aquella petición y entonces me contó que al dejarla en la casa, la notó muy mal físicamente.
Enseguida Arthur y yo nos dirigimos a mi morada para ver como se encontraba.
-¿Arruiné su cita verdad?-
-Claro que no- respondimos Arthur y yo contemplando a Cynthia quien yacía acostada en el sofá de la sala.
-ven, vamos al cuarto, allí estarás más cómoda- dije acercándome a ella para ayudarla a levantarse.
Se veía débil y cansada.
William cargó a mi mejor amiga hasta su habitación. Allí le coloqué un trapo frío en su frente para que la fiebre que tenía pasara lo más rápido posible.
Arthur se ofreció a quedarse en la casa para ayudarme a cuidarla y acepté únicamente la primera hora y media antes de que lo obligara a irse.
Comenzaba a tener un color más vivo y no valía la pena que él se quedara allí y sufriera un enorme cansancio…….. Aunque............... esa era una duda igual que debía aclarar.... Acaso los vampiros dormían?............
...
.
Me despedí con un eterno beso y un te quiero.
Cómo odiaba las despedidas!
Hasta la media noche me quedé despierta mirando la tele con el "silencio” puesto. Cynthia ya dormía y no quería despertarla pero también debía verificar si mejoraba, y gracias a dios parecía hacerlo rápidamente.
Y aun en duras batallas de cabeceos continuos, al final el cansancio me venció allí recostada en su cama y me hundí en un sueño que me desconcertó demasiado.
Al día siguiente me desperté lo suficiente temprano para aún encontrar a mi mejor amiga soñando gratamente, y di un feliz suspiro cuando el termómetro marcó la temperatura adecuada.
Bajé a preparar un desayuno rápido para cuando se despertara tuviese algo que comer y no sufriera de hambruna.
Saqué el sartén.
Puse unos panes en el tostador.
Preparé leche con chocolate y justo cuando iba a poner el primer huevo en la estufa. Escuché mi nombre en el fondo.
—Ahhh— pude por alrededor de 5 milisegundos gritar impactada y aterrorizada antes de tener la boca cubierta por una mano pálida y sacada de un congelador.
—Perdón mi amor, lo siento demasiado— se disculpó rápidamente removiendo su mano de mi.
—Diosss Arthur! el hacerse notar existe —demandé rudamente. Incluso algo muy tosco pero jamás me había asustado de esta forma.
—Perdón Allie, Lo intenté diciendo tu nombre pero creo q no sirvió de mucho—
— Eres tan sigiloso. ¿Cómo entraste?— cuestioné curiosa.
—Pensé que el tétrico rechinado de la puerta iba a ser peor— dijo tan oportuno.
Reímos juntos.
— hey... mi puerta me informa de cualquier mal hechor que quiera irrumpir esta casa—me acerqué a él y posé mis manos sobre su cuello frio y suave. Parecía que tuviese una piel de terciopelo.
—Aun las ventanas son mis preferidas— dijo casi exactamente la misma frase que había escuchado poco tiempo atrás.
Me exalté.
Ahora tenía otro sentido aquello.
Ahora poseía diferente significado y al descubrirlo, reí en mis adentros.
—Entonces cerraré con seguro todas ventanas y puertas—
—son fáciles de romper— guiño y dio una media sonrisa.
—Hahaha— reí nerviosa ante su perfecto galanteo —Te extrañé y tengo tantas preguntas— toqué su fría mejilla y al mirarlo de nuevo la duda de que en realidad todo esto me estaba sucediendo a mí resurgió...
Todo era tan inesperadamente perfecto.
—No te preocupes, todas te las responderé— se acercó para darme un pequeño y lindo beso antes de sonreír.
Me separé de él y ahora sí puse el alimento en el sartén.
El sonido del aceite hirviendo lleno la habitación al igual del de una silla siendo movida.
—Como está Cynthia? —
—Mejor, creo que ya está bien pero falta que ella diga cómo se siente—
—Con estos días lluviosos debió ser un virus. Sin embargo tiene buen sistema inmunológico— apuntó interesado detrás de mí.
Yo, volteaba el blanco-amarillo alimento intentando obtener un tostado ideal.
—Ya lo creo, creo que nunca la había visto enferma— expresé con base en la experiencia personal.
Mientras terminaba de cocinar el platillo completo que le llevaría a mi amiga, Arthur y yo platicamos acerca de las noticias, del clima, escuela y trabajo.
Subí para dejarle el desayuno a un lado. Y por suerte al abrir la puerta la vi despierta. Agradeció mi atención y me dijo que le diera las gracias a mi novio quien había esperado en el piso de abajo.
Se veía estupenda y el susto de una noche había desaparecido por completo.
Decidió que se quedaría allí para ver un poco la tele como una buena persona enferma hace típicamente y salí del cuarto para encontrarme a Arthur esperando allí mismo en el barandal de las escaleras.
—Cynthia dice que…. Bueno creo que lo escuchaste — adiviné riendo levemente.
Sonrió y rió igual.
—Nunca has visto mi habitación ¿Verdad? — pregunté curiosa.
—No realmente— perduró su sonrisa ahora con un toque mañozo.
Me sacó de honda aquél comentario pero no le di importancia, le tendí la mano y lo dirigí a mi cuarto.
—Mira, este es— abrí la puerta y le mostré todo con detalle.
Él lo admiró, parecía asombrado como una persona viendo algo demasiado interesante; como si mirase una cama por primera vez al igual que una laptop, unos perfumes y todo lo demás que tenía en mi habitación.
Enseguida comenzó a preguntarme sobre las personas de las fotos que tenía en porta retratos e identificó algunas de los que ya le había contado.
Al final me quedé mirando cómo veía una última foto donde yo me encontraba sentada en un columpio sonriendo a lo lejos.
—Esa me la tomó mi tío. Es fotógrafo. Le gusta mucho usar el efecto blanco y negro— expliqué recordando aquél día.
No había tenido mucho, tal vez unos 8 meses….
Tuvimos una comida familiar en casa del hermano de mi papá. Su patio era inmenso y lleno de flores.
Siempre que iba de pequeña jugaba allí y mi lugar favorita era aquél columpio sujeto a la rama de un enorme árbol viejo y fuerte.
Ese día tenía en su mano su cámara preferida y yo estaba sentada en mi sitio preferido…
—eres indescriptiblemente hermosa— dijo sin mirarme.
Unos escalofríos me corrieron allí sentada en la cama.
Volteo para averiguar la razón de aquella reacción y vi el perfil más impresionante.
Desgarbado, simétrico, atlético, alto, divino…..
Pensé que el espacio se había paralizado porque nadie se movió y ningún sonido se escuchó.
Solo estábamos los dos.
Viéndonos.
Al primer parpadeo apareció a mi lado sentado en la cama.
Esta vez no me exalté tanto pero no libré un pequeño saltito que dio mi cuerpo.
—Perdón—
—No te preocupes, es mejor. Así me acostumbro más rápido—
Pensé que aquello comisura levantada iba a incrementar e iba a reír de una manera reconfortante, no obstante, paró y levantó su mano hasta mi mejilla derecha.
Como por arte de magia, nos acercamos al mismo tiempo y un beso se tornó en 10 más.
Y justo cuando estaba a punto de moverme del lugar donde estaba para
estar lo más cerca de Arthur que pudiera… él se alejó con impaciencia en su cara.
—Lo siento pero ya tiene que no me alimento y apareció la sospecha de que perdiera el control—
Me turbé.
—Perder el control? — interrogué.
—Si… No es que lo haga a menudo si no que… no eh besado a una humana nunca antes que tú y sé que no perdería el control contigo pero sería mejor no tentar hasta que me alimente de nuevo — explicó.
Suspiré pero una sonrisa creció.
Yo no tenía ningún método para “no perder el control”…. Debería comenzar a buscar uno o causaría muchos problemas.
—Antier llegaron unas invitaciones— dijo sacando de su pantalón una invitación color crema muy estilosa.
La abrí y retiré la hoja tamaño carta para poder leer su contenido.
Invitaba una cena para la unión Basel y sus contribuyentes. Sería la noche siguiente.
Era cerca del monumento Castellanes y debían ir elegantes los invitados.
—Si deseas quisiera que me acompañaras. Lanthis igual irá — sonrió.
—oh,…… si, sería estupendo— respondí sin pensarlo.
Una cena, estaba bien. La pasaría bien, solo era comer y saludar ¿no?
Bien, debería omitir pensamientos que me convencieran que no iba a ser tan fácil como quería que fuese, así que evadí ese asunto pendiente que se llevaría a cabo al día siguiente. Sabía con certeza que no es bueno ignorar las cosas pero esa era mi mejor arma en este momento.
3:23 pm Ese mismo día.
Frenó.
Parking.
Me guiñó.
Se apresuró a dar la vuelta a su automóvil negro.
Abrió la puerta cómo siempre y me tendió la mano.
Llevaba él una camisa azul clara y se veía espléndido.
Llegó el mismo chico que parecía que siempre se encontraba en la entrada del edificio a la espera de Arthur para recibir las llaves de él.
Caminamos por aquél trayecto ya familiar y tomamos al ascensor después de múltiples saludos y despedidas a distinto tipo de gente que nos encontramos en el recibidor del edificio.
Posé mis manos detrás de su cuello y nos besamos hasta llegar al 23 en donde paré para poder sacar el espejo de mano y arreglarme.
—Te eh dicho hoy que te ves hermosa? —
—No pero no quiero que seas amable, me veo fatal—
—Todo estará bien. Creo que aún no llegan— dijo con su mirada sobre mí.
—Pero Lanthis me dijo que ya estaban—
—Hmmmm no. Hilbert ni Helena han estado en este ascensor, o solo que hayan subido por…—
—Qué?? — grité enseguida y presioné el botón de “alto” que se mostraba en el tablero de aquel elevador.
Incluso cuando me di cuenta de lo que había hecho me frekee mas y me paralice.
Sin embargo no sabía a qué le debía tener más miedo, al hecho que podría descomponerse el ascensor y morir por haber reaccionado tan estúpidamente o al otro aspecto que incluía que esta comida no era solamente de 4 personas…
—Pasa algo Cath? — interrogó sosteniendo mis hombros con delicadeza y mirándome eternamente consternado.
—Tus padres….. Vendrán a la comida?—
—Si… no te aviso Lanthis? — Dijo confuso
—No…— dije en shock.
SHIT!
Iba a matar a Lanthis en cuanto la vieraaa!!!!!!!
Ella me había dicho que había preparado una comida para Andreus, Arthur y yo. Aunque ahora parecía yo la más estúpida ya que ellos no comían… o sí?
Miles de cosas venían a mi cabeza pero al mismo instante no podía moverme
—Si no quieres podemos comer en otra parte— propuso
— No…. Sería demasiado rudo de mi parte, daría una mala impresión pero al mismo tiempo la daré porque estoy fatal — dije aterrorizada.
—No te preocupes por eso, estas perfecta Catherine—
—Podemos parar en el siguiente piso? — pregunté —para verme en un espejo más grande — Y para vomitar de ansias...
—No te preocupes, no han llegado aún y no es necesidad que pases por esto si no quieres—
—No es que no quiera, mas bien. No es aceptable, estoy hecha un asco Arthur! —
Río por mi exclamación exagerada.
—Mi amor tu no estas hecha un…— comenzó a intentar tranquilizarme pero su voz ya no se oía.
No podía suceder nada malo, solo debía conocer a sus papas y…..
Comenzaba a ver la realidad y la verdadera cara de las cosas.
No estaba preparada para nada.
Había imaginado este momento un par de veces… después de que el me lo haya propuesto en Sparkling.. sin embargo, en esa escena yo sí estaba enterada que los conocería.
Y en este momento pasaba todo lo contrario.
Mis jeans y mi blusa no estaban tan mal, de hecho me gustaban, aún así no estaba preparada internamente. ¿Qué les diría?
¿De qué platicaríamos?
No sabía.
La cara de Arthur apareció a centímetros y me enfoqué en su voz y su rostro.
—Cathy…—
—que? — dije muerta.
—Podemos regresarnos, Lanthis debió avisarte, realmente se pasó en esta—
—No, no. Está bien— reí nerviosa.
Mi mente se quedó en blanco.
En cuanto se abrió la puerta Lanthis ya se encontraba en la entrada. Enseguida ella dirigió la mirada a su hermano y eso me molestó porque quería que viese mi indignación, no obstante, sus ojos se abrieron y dio un paso atrás.
—Lanthis…— gruñó Arthur levemente.
—Perdón Catherine, debí avisarte solo que..... lo siento— dijo torciendo sus cejas de un modo que demostrara su arrepentimiento profundo.
—Aún no han llegado, no te preocupes, no pasará nada malo— sonrió Andreus cuando llegó a un lado de Lanthis y colocó su brazo detrás de ella.
Glup.
Pasé saliva y esperé lo mejor.
1 comentarios:
Oh x Dios!! Me encanta!!!! Esta genial!!! Me muero x saber que pasara!!!!! Aaaaaah!! No puedo esperar!!!!
Publicar un comentario